Explicamos el TIN en un momen-TIN
¿Qué es el TIN?

Explicamos el TIN en un momen-TIN

Siempre que vayas al banco a solicitar una hipoteca, o cualquier otro tipo de préstamo, te vas a encontrar con dos siglas: el TIN y la TAE. Ambos conceptos hacen referencia a los tipos de interés que te cobrarán por prestarte el dinero que necesitas. Es muy importante fijarte en ello, para poder valorar si realmente puedes asumir el pago de las cuotas en caso de que decidas tirar adelante la operación. 

El TIN o Tipo de Interés Nominal supone el porcentaje efectivo que tienes que satisfacer más allá de la amortización del capital. A modo de ejemplo, por cada euro que el banco te preste, tendrás que devolverlo sumándole el porcentaje que pactes. En el caso de un préstamo a tipo fijo, el TIN está claro: si el tipo de interés que vas a abonar es el 2%, por cada 100 euros prestados vas a pagar dos euros en concepto de tipos de interés.

¿Cómo funciona en el caso de una hipoteca a tipo variable?

En el caso de un préstamo a tipo variable, el TIN va a ser el resultado de sumar al euríbor de referencia que nos dan, el diferencial que aplica el banco, y que corresponde al beneficio que este obtiene por prestar el dinero. Cada entidad financiera ofrece sus hipotecas con su propio diferencial dentro de su oferta hipotecaria.

El diferencial no cambia a lo largo de la vida de una hipoteca, a diferencia de lo que pasa con el euríbor. Es por ello que es recomendable intentar negociar una hipoteca con un diferencial bajo, ya que cuanto mayor sea su valor, más alto será el interés del préstamo. Por ejemplo, si hemos contratado una hipoteca con un interés firmado por un diferencial del 1% más el valor del euríbor a 12 meses, si este índice cotiza al 0,25%, en el momento de la firma, el tipo aplicado se fijará en el 1,25% TIN (1 correspondiente al diferencial + 0,25 correspondiente al euríbor).

¿Por qué es también importante la Tasa Anual Equivalente?

Debemos tener en cuenta que el TIN de un préstamo no incorpora ni comisiones ni otros gastos, por lo cual es recomendable complementar la información con la TAE o Tasa Anual Equivalente. Este concepto, además del TIN, incluye también las comisiones y los gastos adicionales. Así, una hipoteca con un

TIN

muy bajo enfrente a otra con un TIN más alto, no tiene que ser mejor, ya que puede tener una TAE mucho más elevada y entonces encarecerla. En cualquier caso, la TAE resulta clave para poder comparar entre préstamos de distintas entidades y valorar cuál nos conviene más. 

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