Las familias españolas pasan una media de 25 años pagando su vivienda. A lo largo de este tiempo, su situación financiera puede cambiar. Es por ello que muchos propietarios se plantean en algún momento la posibilidad de modificar las condiciones de sus préstamos hipotecarios. ¿Es éste tu caso? Si es así, siempre es recomendable acudir a un profesional del sector para conocer cuál es la opción que mejor se ajusta a tus necesidades. Los expertos de Helloteca te pueden asesorar en este trámite. A continuación, resolvemos algunas dudas.
¿Puedo modificar el tipo de interés de mi hipoteca?
El euríbor -el índice de referencia hipotecaria para calcular los tipos de interés- se sitúa en mínimos históricos. Esto es una buena noticia para los actuales hipotecados que contrataron una hipoteca variable hace unos años cuando el euríbor estaba más alto. En cambio, algunos usuarios, que contrataron en aquel entonces una hipoteca a tipo fijo, se encuentran ahora pagando unos intereses demasiado elevados, por lo que pueden estar interesados en renegociar las condiciones de su préstamo. ¿Hay posibilidad de cambiar un préstamo de tipo fijo a variable, y al revés? Evidentemente sí, pero es un proceso complejo y que tiene un coste económico.
¿Como solicitar un cambio o una rebaja en los tipos de interés?
Hay tres opciones para ello:
1. Pactar con la entidad prestamista
La primera opción consiste en tratar de llegar a un acuerdo con nuestro banco para que modifique el tipo de interés de nuestro préstamo hipotecario y llevar a cabo lo que técnicamente se denomina una novación hipotecaria. Como es lógico, nuestra entidad no está obligada a aceptar nuestras pretensiones, pero quizás se lo plantee si contamos con un buen perfil, si somos capaces de aportar nuevas garantías o si ven que nos pueden perder como clientes. A cambio, eso sí, podría pedirnos condiciones: añadir productos combinados, incluir nuevas comisiones, etc.
2. Cambiar la hipoteca de banco
Si no llegamos a un acuerdo, la segunda opción es trasladar nuestra hipoteca a otro banco, lo que técnicamente se denomina una subrogación hipotecaria. Esta operación permite aprovechar el cambio para modificar el interés, así que la podemos utilizar para cambiar o reducir el tipo aplicado. Para formalizarla, como es lógico, tenemos que encontrar a una entidad dispuesta a asumir nuestro préstamo y a mejorarlo.
Los gastos, en este caso, pueden ser algo más elevados que los de una novación. A los honorarios notariales, registrales y de gestión (que según el caso pueden ser asumidos por el banco que nos ofrece la subrogación) habrá que añadir obligatoriamente el precio de una nueva tasación y el de una posible comisión por subrogación. El coste de este último cargo está regulado y no puede superar los límites legales que estaban vigentes en el año en el que contratamos la hipoteca.
3. Contratar un nuevo préstamo hipotecario
El tercer y último recurso consiste en contratar una hipoteca nueva con un interés distinto o más bajo para cancelar la que ya tenemos. De este modo, podremos pagar unas cuotas más bajas cada mes y, de paso, podremos aprovechar para mejorar algún otro aspecto que no nos guste de nuestro actual préstamo: las comisiones, la vinculación, etc. Esta operación, sin embargo, suele ser más cara que las dos anteriores.
¿Me puede interesar una ampliación de hipoteca?
La solicitud de ampliar la hipoteca es una opción para clientes que quieren hacer una reforma en su casa, atraviesan una delicada situación económica, y con una ampliación pueden consolidar deudas, o que necesitan una financiación extra para otros proyectos personales, como por ejemplo emprender un negocio. Una de las ventajas de ampliar la hipoteca es que suele resultar más económico que contratar un préstamo personal, porque los intereses son menores.
Existen tres tipos distintos de ampliación de hipoteca:
- Ampliación del capital: lo que se amplía es el importe, la cantidad de dinero que hemos solicitado al banco. Esto nos permitirá disponer de más fondos, pero también supondrá una subida de las cuotas a no ser que también extendamos más el plazo de devolución.
- Ampliación del plazo: nos referimos a alargar el número de años de los que se dispone para devolver el préstamo hipotecario a la entidad financiera. Si ampliamos el plazo, las cuotas mensuales se reducirán.
- Ampliación del plazo y del capital: consiste en combinar las dos opciones anteriores. Esto permite disponer de más dinero pero también ajustar las cuotas mensuales a nuestras posibilidades económicas.
Si finalmente se opta por ampliar la hipoteca, ya sea aumentado capital o plazo, el siguiente paso es solicitarlo al banco. La entidad se puede negar a esta modificación si considera que las garantías para el pago no son las mismas. Si por el contrario decide aceptar la solicitud se llevará a cabo una novación de la hipoteca. Debemos tener presente que este tipo de operación, tal como hemos comentado anteriormente, implica puede suponer costes adicionales.
Modificaciones hipotecarias en España
El número total de hipotecas con cambios en sus condiciones inscritas en los registros de la propiedad hasta el pasado mes de julio de 2021 fue de 22.098, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Atendiendo a la clase de cambio en las condiciones, se produjeron 18.366 novaciones, es decir, modificaciones producidas con la misma entidad financiera. El resto se trató de subrogaciones hipotecarias.
De las 22.098 hipotecas con cambios en sus condiciones, el 18% se debieron a modificaciones en los tipos de interés. Después del cambio de condiciones, el porcentaje de hipotecas a interés fijo aumentó del 16,9% al 32,7%, mientras que el de hipotecas a interés variable disminuyó del 82% al 64,2%. Esto confirma que la constitución de hipotecas a tipo fijo está cobrando un gran impulso.